jueves, 26 de noviembre de 2020

La Catedral del Ajedrez

      Playa paradisíaca del pacífico. Mujeres en bikini. Aguas cristalinas. Mi mirada se detiene en alguien que actúa de manera extraña. Lo veo levantar una pelota de la costa. Sé que la misma llegó a ese lugar debido a deseos de él. ¿Pelota robot? Luego de manipularla un momento la deja en la arena y se va. Me acerco a contemplar ese objeto esférico de otro planeta. Tiene un orificio en el centro. Veo una luz celeste clara en su interior.
     Disparos. Alguien blandiendo una pancarta. Disparos. Protestas. Maxi, un amigo del secundario que ahora es militar, derriba al de la pancarta. Está de civil. Es un agente encubierto.
     Estoy con él en un auto. Vamos a lo de Sebastián que cumple años. A mitad de camino Maxi se baja del auto. Debe esconderse.
     Ya en la casa de Sebastián están sus padres, aunque yo sé que no son los de él, sino los de otro amigo, que también está. Nadie sabe del tiroteo. Nos distraemos mirando televisión hasta que Sebastián se levanta furioso y empieza a golpearla. No se detiene hasta romperla del todo. Creo que sabe lo de Maxi. Que lo buscan. Que va a ir preso. Entran sus padres con comida como si nada hubiera pasado.
     Pileta olímpica de Racing Club. Bernardo con unos cinco amigos están realizando una especie de trensito acuático, todo coordinado cual gimnastas artísticas.
     Portón gigante. Visualicen esos portones de hace miles de años, colosales como los de la Muralla China, o tal vez El Señor de los Anillos. Se abre todo majestuoso y entramos a la Catedral bajando escalones que van a la par en tamaño con el portón. Bernardo y sus amigos cargan todo tipo de electrodomésticos y muebles como si alguien estuviera de mudanza. Llegamos al final y contemplamos el altar. ¿Está el loco Bielsa? Hay un torneo de Ajedrez y estamos presenciando el partido de local en la Catedral de Racing. Vamos apoyando en donde podemos los muebles y nos acercamos al altar a contemplar la partida.
     Están de espectadores Meryl Streep y Kevin Kline. Son pareja y los envidio. ¿O lo envidio sólo a él? Toda mi atención se enfoca en una pared. Alguien está murmurando algo del otro lado de esa pared y sé que Kevin puede oírlo. Creo entender lo que están diciendo. Despierto.

miércoles, 7 de octubre de 2020

Agujeros

      Casa de mi abuelo, su habitación. Mi casa, mi habitación. Casa de mi madre, habitación de mi hermana. Casa de mi hermano, habitación de su hija.
     Estoy con mi pareja recostado en la cama de esa habitación. Entra un amigo del secundario arrastrándose. Hace mucho que no nos vemos, diez años, tal vez más. Nos abrazamos por largo rato. Lagrimeamos un poco.
     Ahora entra una amiga de mi pareja. Es fotógrafa. Se recuesta en el piso y nos cuenta que ella ve agujeros en todos lados. Nadie entiende de qué habla. Intenta explicarnos. Donde nosotros vemos una cara, un objeto, ella ve una conglomeración de agujeros. Claros. Oscuros. Grandes. Pequeños. Agujeros.

miércoles, 30 de septiembre de 2020

Madre

      Gran fiesta. Casa Enorme. Estoy caminando por los pasillos aledaños a un gran salón. Miro a toda esa gente con vestidos de gala, sosteniendo copas de vino u otros tragos elegantes. Clase alta. Encuentro a mi madre entre toda esa gente. Me está mirando. Corro. Escapo de ese salón.
     Llego a una habitación abriendo una puerta de un golpe. Encuentro a mi hermano con sus hijos. Al abrir la puerta abruptamente había golpeado a mi sobrinita que estaba jugando cerca de la misma. Me tiro al suelo a acariciarle la frente. Mi madre está parada ahí también, mirándome. Lloro. Le grito que deje de perseguirme. Que deje de aparecérseme así. Que me confunde. Lloro. Lloro. Despierto.

lunes, 10 de agosto de 2020

Las Palabras

      Las palabras existen para comunicar un pensamiento. Pero el pensamiento inferido por el oyente, o lector, no es siempre el que ha querido expresar el orador o escritor. Hay sentidos primarios y secundarios; hay tonos altos y bajos característicos; hay hipérbola y sátira; hay fantasías sin trabas y artificios deliberados. Es absurdo pretender que cada frase sea interpretada literalmente [...]. Sólo por el carácter del autor y por las circunstancias que se emplean, puede uno pretender extraer el verdadero significado de las palabras.

     Extracto que hice de alguno de mis últimos libros y lamentablemente no anoté cual.

miércoles, 17 de junio de 2020

I'm Back

     Estoy viendo la habitación de mi padre. Cae agua del techo, precisamente por el agujero de la lámpara colgante. Pareciera que el agua viene por el cable de electricidad.
     Ahora estoy dentro de la habitación inspeccionando. Muevo una llave de agua y deja de salir. Entra mi hermana Virginia y me pregunta qué era. "No sé, no creo haber tocado nada más que esta llave" le digo. Le muestro la llave de agua y la vuelvo a girar. Vuelve a salir agua, pero esta vez sin respetar las leyes de la gravedad. El agua se arrastra por el techo hacia la pared de mi derecha. Baja lamiendo la misma y se introduce en un hueco que lleva a la habitación contigua.
     Al lado hay un salón, muy grande. Tiene escritos con aerosol que no llego a desencriptar. Un tipo mezcla Danny DeVito cuando hizo de Pingüino en Batman, mezcla el "malo" de los Minions me está explicando qué debo hacer para que la habitación se pueda alquilar. Debe ser un Hotel o algo. Le trato de decir que no importa qué me diga, hay algo que está mal en esa habitación y va a ser imposible alquilarla. Lo del agua no es para nada normal.
     Ahora la habitación es un túnel, veo los cables de electricidad arriba mío que se adentran al mismo. Estoy viajando con Florencia, novia de mi hermano Bernardo, y me pregunta sobre la serie 11.22.63 que trata sobre el asesinato de JFK. Sé que la vi, pero le digo que no la vi, que estoy recién empezando a verla. Al final del túnel hay un auto, parecido al de los Cazafantasmas, pero sé que es el DeLorean.
     Imágenes de James Franco escalando una montaña rodeado de Nieve. Llegando a la cima.
     Soy una caricatura de un hombre gigante. Estoy "achicando" personas con las manos para que entren en un autito. Bernardo me dice que Virginia va a conducir. Termino de achicar a uno de los pasajeros y me siento al volante, soy enorme y nadie va a contradecir mi voluntad de manejar.
     En el viaje empezamos a ver a un lado del camino varias cajas, como de exposición escolar. En las mismas hay versiones pequeñas de alumnitos. En una de cada dos, estoy yo. Soy el mejor alumno, el mejor de la clase. Podemos ver cómo a intervalos de una caja, voy creciendo dentro de esas cajitas. Ahora las cajas pasan a ser productos de góndolas de un supermercado enorme, y por cada caja donde estaba yo, el producto es blanco, por lo que el local está intercalado con blanco por todos lados.
     Estoy manejando un cochesito de golf y desconozco mi acompañante. Le digo que es una locura lo que hicieron, que haber intercalado blanco por todos lados tiene que haberles llevado un montón de tiempo.
     Hay cuatro personas escapando del supermercado. Alguien está diciendo que podemos saber a donde van si seguimos al segundo, ya que todos se dirigen al mismo lugar, y el tercero aún no salió. La persona que escapa lo hace en una motito. Lo veo con casco andando por un cañaveral. Puedo ver en cámara lenta cómo salta cuando termina el cañaveral hacia una calle de tierra.
     Estoy con mi hermano Federico, viendo cómo los seguimos. Él agarra una bicicleta inglesa de cuadro negro. Yo me encuentro con una muy extraña. Tiene fierros a los lados como si fuera una ¿cuatricicleta?
     Los encontramos. Están en una de las casas de uno de los campos al costado del camino de tierra. Fede salta la tranquera y se adentra al mismo. Algo me distrae a mí y no lo sigo. Hay alguien en la zanja al costado del camino. Trato de espiarlo sin que me vea. Es una persona que está sumergida hasta el pecho en el agua de la zanja, aunque más que agua parece barro, por lo espeso y oscuro. En un principio parece que estuviera intentando esconder algo porque lo veo mover las manos por debajo del barro, tal vez está ocultando un cadáver. Pero no, es un niño y está buscando algo que perdió. Me ve, pero sigue buscando con la mano por debajo del barro. Encuentra algo. Lo saca. Me lo da.
     Es una piedra que al apoyar en mi mano pasa a ser un dibujo. Es el dibujo del personaje de Big Hero 6. Arriba leo Jason Jano, en cursiva y con la n apenas legible. Así me llamo. Quiere mi autógrafo. Le firmo.
   

miércoles, 10 de junio de 2020

El colectivero opa, versión sueño

     Soy la mucama de algún ricachón. Me despiden sin razón aparente. Estoy volviendo a mi casa en bicicleta, cuando al cruzar una calle un colectivero me corta el paso innecesariamente ya que ni siquiera podía cruzar debido a la típica congestión de mediodía. Me guardo mi bronca y lo esquivo.
     Soy yo y estoy en lo de mi vecino de enfrente, mi amigo de la infancia. No nos importa la cuarentena. Vamos a festejar su cumpleaños igual. Nos subimos todos a un colectivo. El chofer parece estar con horario atrasado, porque no para de pisar el acelerador. A la bajada de un puente y con un colectivo a cada lado, el demente pisa a fondo el acelerador sin importarle que en nuestro carril había un camión detenido por un semáforo. Cuando ya estoy visualizando el accidente, terminamos zafando por pocos centímetros por un volantazo de último segundo.
     Estamos en la zona de fichines. Desconozco a cual queremos jugar, pero pongo una ficha igual. Cuando la veo entrar, veo que había otra trabada pero que con el golpe de la mía entran las dos juntas. En respuesta, ambas fichas son escupidas por la máquina. Veo una con el número seis y otra con el número diez. No sé cual usar. Los amigos de mi vecino se ríen de mí. Introduzco la del número seis. El juego comienza a funcionar pero mis controles no sirven para nada. Al fin y al cabo de que no entendía de qué iba el juego ni me interesaba.
     Estoy lavándome las manos.

miércoles, 3 de junio de 2020

Abandonada

     Tuve un accidente de avión. Un psicólogo intenta sonsacarme qué pasó. Intento recordar. Empiezo a revivirlo.
     Estoy volando junto con mi pareja en un planeador pequeño. Algo fugaz en el horizonte me distrae y pierdo el control. Nos estrellamos en una zona rocosa de una montaña muy alta. Veo neblina/nubes por debajo de mis pies. Sólo pienso en mí mismo y escapo de los restos del aparato sin mirar atrás, sin intentar salvarla.
     Ahora soy ella. Logro sobrevivir también. Me bajo y estoy cruzando una avenida. Tomo un colectivo para bajarme en una zona llena de gimnasios. Por todos lados hay gente vestida de la misma forma, cual gemelos vestidos por la madre. 
     Nuevamente soy yo. Estoy en casa de mi madre cuidando mis sobrinos que no paran de zambullirse en la pileta. Bucean de un lado al otro.