viernes, 14 de agosto de 2009

Interesantísimo.

Ayer, teniendo mi charla habitual con el viento. Se enojó a tal extremo de llegar a golpearme, literalmente hablando.
Fué una especie de correctivo al estilo de las antiguas madres que le daban vuelta la cara de un zopapo al niño que se portaba mal. Así es, me castigó con un golpe cercero en el cachete.
En fin, solo era eso.

2 comentarios:

Pollo dijo...

Salut!

Anónimo dijo...

muy buena impression
Le pusiste la otra mejilla?
wfdew e